El yogur es un producto lácteo obtenido por la fermentación bacteriana de la leche (normalmente de vaca, aunque se puede utilizar otro tipo).
La elaboración de productos lácteos tiene una antigüedad de unos 4500 años. Los antiguos búlgaros, descubridores del yogur, migraron a Europa en el siglo II y se establecieron en los Balcanes en el siglo VII.
Los primeros yogures fueron producto, probablemente, de la fermentación espontánea provocada por alguna bacteria en el interior de las bolsas de piel de cabra que utilizaban para transportar la leche.
La palabra procede del término turco yogurt y permaneció como comida propia de Asia, India, Europa Central y del Este hasta el año 1900.
A principios el siglo XX el microbiólogo ucraniano Mechnikov trabajó para popularizar el yogur, pues observó la alta esperanza de vida de los campesinos búlgaros que lo consumían a diario.
Fue el introductor del empleo de fermentos lácticos en terapéutica para modificar la fermentación pútrida en el organismo.
Recibió el Premio Nobel en Medicina y Fisiología en el año 1908 por sus trabajos en fagocitosis e inmunidad.
La elaboración del yogur en la actualidad utiliza bacterias "benignas" específicas en la leche bajo unas condiciones de temperatura controladas.
El proceso requiere una fermentación en cámaras calientes a 43ºC, durante cuatro horas, para obtener el grado óptimo de acidez. Posteriormente se enfría hasta los 5ºC para detener la fermentación.
Recibió el Premio Nobel en Medicina y Fisiología en el año 1908 por sus trabajos en fagocitosis e inmunidad.
La elaboración del yogur en la actualidad utiliza bacterias "benignas" específicas en la leche bajo unas condiciones de temperatura controladas.
El proceso requiere una fermentación en cámaras calientes a 43ºC, durante cuatro horas, para obtener el grado óptimo de acidez. Posteriormente se enfría hasta los 5ºC para detener la fermentación.
Las bacterias utilizadas son de dos tipos: Streptococus Thermophilus y otros miembros de la familia de los Lactobacilus (L.Casei, L.Bifidus y L.Bulgaricus).
Las bacterias utilizan como fuente de energía a la lactosa (disacárido o azúcar de la leche) y mediante la fermentación liberan ácido láctico como producto de desecho, que es lo que proporciona al yogur su textura y sabor distintivo.
Al ser un ácido hace que las proteínas de la leche precipiten formando un gel que le confiere esa cremosidad.
La vida comercial del yogur en refrigeración es de tres semanas, aunque con la pasteurización se consigue prolongar la vida del yogur y no precisa de refrigeración.
Los individuos con intolerancia a la lactosa pueden disfrutar sin problemas del yogur, puesto que las bacterias transforman este azúcar en el proceso de elaboración.
A mi me parece un producto delicioso. Recuerdo los riquísimos yogures que mi madre hacía en la yogurtera cada día...
El mejor yogur que he probado en mi vida procede de Kanlica, un pueblo a orillas del Bósforo en el que lo preparan espectacular.
Yo de yogures lo más "exótico", aunque se puede comprar en cualquier sitio, que he probado es el Kefir, que creo que la receta es del Cáucaso. Me dio por tomarlo hace mucho tiempo porque leí en el Muy Interesante que la gente de allí eran muy longevos supuestamente gracias a ese yogur. Vamos la gracia me duró unas 3 semanas porque el sabor era horrible, y eso en comidas me gusta de todo.
ResponderEliminarEl kéfir, Alex, también llamado yogur búlgaro o yogur de pajaritos en Chile, es una combinación de bacterias probióticas (Lactobacillus acidophilus) y levaduras (saccharomyces kefir).
ResponderEliminarSus beneficios:regenera la flora intestinal, facilita la digestión y favorece la mucosa gástrica.
En cuanto a su sabor estoy de acuerdo contigo: no es tan rico como el yogur, es más ácido y uno tiene que acostumbrarse...
alaa¡¡¡ lo iba a poner en cuanto he visto la entrada del yogur. Yo tomo kefir desde que estoy con el tratamiento del acné ya que el tratamiento es muy fuerte, y para no andar tomando más pastillas ( que sinceramente tengo que tomar unas 5 al dia) pues decidí empezar a tomar el kefir, para evitar los efectos secundarios sobre la digestion que tiene el tratamiento. Me lo recomendó un chaval que estuvo mucho tiempo en la India ya que alli lo toman mucho. Mi receta, porque solo está asqueroso, es meterle un montón de colacao y una cucharada de ázucar...se hace más ameno.
ResponderEliminarSi, Marta:) haces muy bien en tomar kefir por las propiedades que le aportan las levaduras;sirven tanto para el tratamiento como para la profilaxis de la destrucción de la flora intestinal, y tú "camuflas" su sabor desagradable con colacao y azúcar.
ResponderEliminarUn truco si has tenido algún trastorno gastrointestinal: son excelentes unas cápsulas (no es un medicamento, tranquilos)que se llaman ULTRALEVURA.
Es un liofilizado de Sacharomyces Boulardii que es fantástico y no aprecias su mal sabor...