Corría el año 1918 cuando Ernest Rutherford detectó núcleos de hidrógeno al bombardear nitrógeno con partículas ALFA. Es la reacción nuclear con la que comienza la entrada.
Siempre aparecían dichos núcleos independientemente del gas bombardeado. Esto le llevó a Rutherford a la evidencia de que se trataba de una nueva partícula subatómica: el PROTÓN.
Tras enunciar su teoría Atómica Nuclear en 1910 quedaban algunas cuestiones pendientes de resolver.
Si el átomo de Hidrógeno constaba de un solo protón y el de Helio de dos protones, despreciando la masa aportada por los electrones, se concluía que la masa del He era el doble que la del Hidrógeno.
Experimentalmente se comprobó que la masa de un átomo de helio era CUATRO veces mayor que la del hidrogeno, no dos. Debía haber alguna otra partícula que aportara masa al átomo.
La solución de Rutherford era suponer la existencia de una nueva partícula nuclear de masa aproximadamente igual a la del protón y sin carga a la que se denominó NEUTRÓN.
Así se podía explicar la relación experimental entre la masa de un átomo de helio y la de un átomo de hidrógeno. En el átomo de helio hay dos protones y dos neutrones en el núcleo mientras que en el núcleo del hidrógeno tan solo hay un protón.
James Chadwick |
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