Hoy en día resulta impensable la conservación de alimentos sin el uso de la nevera-congelador. Nuestra agitada vida de madres trabajadoras dentro y fuera de casa hace que almacenemos alimentos en nuestro congelador para improvisar y solucionar nuestros menús cotidianos.
Todos hemos experimentado la sensación de ir a sacar algún envase del congelador y "quemarnos" los dedos. O sea: ¿el hielo quema?
En el diccionario la definición de quemadura no se refiere sólo al calor. Significa que se pierde la humedad, pero no importa el medio que se utilice para perder el agua.
El frío, por sí solo, puede secar los alimentos congelados. Sobre todo si el agua está sólida, es decir, si tiene forma de hielo.
Las moléculas de agua procedentes del hielo pueden evaporarse y desplazarse hacia otro lugar. Una molécula de agua migrará de forma espontánea, según el Primer Principio de la Termodinámica, hacia el lugar en el que haya menor energía.
Si el envoltorio del alimento congelado no es el adecuado, las moléculas de agua se desplazarán desde los cristales de hielo del alimento hacia otro lugar con menor energía (más frío), como las paredes del congelador. El resultado final es el abandono de las moléculas de agua de la superficie y el aspecto arrugado, quemado y sin color del alimento.
Este proceso no es instantáneo: sucede lentamente de molécula a molécula.
Puede evitarse si se utilizan los envoltorios más convenientes que impidan a las moléculas de agua escaparse:
- Son muy adecuadas las bolsas de congelación que venden con tal fin, ya que son impermeables a la migración de moléculas. Las mejores son las de PVC (cloruro de polivinilo) y las de PE (polietileno).
- Conviene apretar muy bien el envoltorio de los alimentos para evitar las bolsas de aire. Si hay un espacio con aire dentro del paquete, las moléculas se desplazarán por él hacia la pared interior del envase (donde hay más frío) y se acumularán en forma de hielo.
- Al comprar un paquete de congelados hay que comprobar que no contiene cristales de hielo o escarcha. Eso significa que el agua procedía del alimento, bien porque se ha deshidratado o porque lleva mucho tiempo en un envase flojo, o bien porque se descongeló y volvió después a congelarse. Aunque no suponga un peligro para la salud (sólo ha perdido agua) tendrá una textura "correosa" y un aspecto desabrido.
Como veis, no sólo el fuego QUEMA...
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