La Molécula Del Amor (Oxitocina)

"El beso" de Gustav Klimt
"El beso" de Robert Doisneau
















"El beso" de August Rodin
"Los amantes" de René Magritte















Las cuatro imágenes anteriores de mis "besos favoritos" en la Historia del Arte, me sirven como excusa para introduciros en la fantástica Molécula del amor.

El término oxitocina procede del griego "oxis" o rápido y "tokos", nacimiento. Es una hormona, aunque también actúa como neurotransmisor en nuestro cerebro. Es la hormona de los vínculos, del amor y de la felicidad.

Es un "pegamento social" que interrumpe la liberación de cortisol, de manera que reduce el estrés, el dolor y la pena y, por tanto, la depresión.

La oxitocina es un péptido o proteína pequeña, formado por nueve aminoácidos. Su estructura es muy similar a la de la hormona vasopresina (sólo difieren en dos aminoácidos).


Ambas hormonas fueron descubiertas en 1953 por el bioquímico estadounidense Vincent de Vigneaud, profesor en la Universidad de Washington.


Su investigación se centró en hormonas, aminoácidos, vitaminas y proteínas. 

Estudió la importancia bioquímica del azufre y el papel que jugaba en la insulina.

Recibió el Premio Nobel de Química en 1955 por el descubrimiento de las dos importantes hormonas.

Son las dos únicas hormonas liberadas por la glándula pituitaria en humanos que actúan a distancia.


La liberación de la oxitocina se produce por la succión del pezón, la estimulación de los genitales y la distensión del cuello uterino -Reflejo de Ferguson-.

En las mujeres se libera en concentraciones elevadas durante las contracciones del útero en el parto. Por eso, se inyecta a veces a las parturientas para inducir las contracciones uterinas y agilizar y facilitar el parto.

También es liberada como respuesta a la succión del pezón por parte del bebé. Facilita, por tanto, también la lactancia materna.

Tras el parto (si ha transcurrido de forma normal y sin intervenciones médicas innecesarias) el pico de oxitocina es el más alto en la vida de la mujer. Estos niveles se mantienen elevados en la lactancia al ser estimulada la succión del pecho.

La oxitocina se libera de manera natural por el cerebro cuando mantenemos relaciones sexuales y es una sustancia indispensable en la sensación de amor y conexión entre individuos en cualquier tipo de relación.

Está relacionada con el contacto y el orgasmo, por eso recibe el nombre de molécula del amor o bien hormona de los mimosos.

Si los niveles de oxitocina de una pareja decaen debido a la falta de relaciones sexuales, el sentimiento de conexión entre la pareja irá disminuyendo.

Los niveles de oxitocina se elevan durante la excitación sexual, aunque parece ser que no se produce un aumento significativo durante el momento del orgasmo.

Hay estudios en humanos que indican una alta concentración de oxitocina en plasma en personas que se están enamorando.

La conducta maternal parece estar también relacionada con esta hormona. Estudios en ovejas no gestantes muestran que el suministro de oxitocina induce reflejos maternales artificialmente.


En humanos parece ser que la voz activa la producción de oxitocina. Por eso oír la voz de la persona amada (incluso por teléfono) ejerce ese poderoso efecto.

También los bebés reconocen la voz de la madre. Este hecho induce fenómenos hormonales complejos e influye especialmente en el apego entre madre e hijo y en el comportamiento del bebé.

Además se produce oxitocina mediante el sentido del tacto: cada vez que abrazamos a alguien aumentan sus niveles a la vez que nuestra sensación de bienestar.

Hay una forma artificial de aumentar los niveles de oxitocina. Se trata de un spray nasal que se vende incluso por internet.

El suministro de oxitocina nasal produce un aumento de confianza y una reducción del miedo social. Probablemente porque inhibe la amígdala, la zona cerebral responsable de la respuesta al miedo.



Sin embargo, no hay evidencias de que la oxitocina consiga acceder al cerebro desde la nariz. 

La molécula se destruye en el intestino y por eso debe administrarse inyectada o como spray nasal. Tiene una vida media en sangre de unos tres minutos. Inyectada no llega al cerebro, pues no puede atravesar la barrera hematoencefálica.

Espero que después de leer esta entrada no os privéis de besos y abrazos. Nuestro organismo es capaz de fabricar esta maravillosa molécula a demanda, todos la tenemos la capacidad "de serie" en nuestros genes para generar esta hormona y por eso todos nacemos con una capacidad ilimitada para amar... otra cuestión es por qué no la ejercitamos.



Comentarios

  1. Creo que me voy a enamorar porque lo de ser madre ahora...como que no... gracias MARTUKA por tanta sabiduría.

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  2. Jajaja...

    No te preocupes, guapa, a nosotras nos pilla ahora mejor el enamoramiento que la maternidad!!

    Un beso ENOOORME

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