El Químico Escéptico (Robert Boyle)

Robert Boyle fue un físico y químico nacido en el seno de una familia aristocrática inglesa.

Nació en el castillo de Lismore (Waterford, Irlanda) en 1627 y era el séptimo hijo varón, aunque ocupaba el lugar décimo cuarto de un total de quince hijos.

Comenzó sus estudios en el prestigioso colegio de Eton. En 1641 -a los 14 años-, estando Robert  en Florencia con su tutor, oyó hablar de las paradojas de Galileo y este acontecimiento le condujo al estudio de sus trabajos y creó en él un interés permanente por la ciencia.

Al regresar a Inglaterra, tres años después, se estableció en Dorset, pero continuamente viajaba a Londres a casa de una de sus hermanas. El motivo fundamental eran las reuniones con un grupo de científicos.

En 1645 fundó el Colegio Invisible, que sería el germen de la Royal Society.

A los 27 años se traslada a Oxford e inicia una serie de investigaciones y experimentos que hace que se le considere el primer "químico", como tal, de la historia.


Utilizando la recién inventada por Otto Von Guericke, bomba de aire, demostró la afirmación de Galileo sobre la caída en el vacío, a la misma velocidad, de una pluma y un trozo de plomo.

También observó la necesidad del aire para que el sonido se propague (no puede hacerlo en el vacío).

Su descubrimiento más importante logrado gracias a la bomba de aire fue el principio conocido como Ley de Boyle en los países de habla inglesa.

Yo en clase, para evitar polémicas, la llamo Ley de Boyle-Mariotte, aunque ninguno de los dos se piensa que fue el primero en advertir esta relación en los gases (fue realmente Henry).

El enunciado de la ley es el siguiente: A temperatura constante, el volumen ocupado por un gas es inversamente proporcional a la presión que soporta.



Donde P1 es la presión inicial, P2 la presión final; V1 el volumen inicial del gas y V2 el volumen final.




Significa que si duplicamos la presión el volumen se reduce a la mitad y que si se elimina la presión el aire "recupera" (en sus propias palabras) su volumen original.

Demostrando que el aire era un fluído comprimible, Boyle se convenció de que estaba compuesto de pequeñas partículas separadas por un espacio vacío.



Todas estas conclusiones se publicaron en un libro con un nombre larguísimo (en la imagen de la izquierda), que se suele llamar La elasticidad del aire y que fue determinante para establecer la naturaleza atómica de la materia.

En 1661 publicó El químico escéptico. En su más famosa obra proponía el carácter corpuscular para la materia e intentaba explicar su naturaleza en función de características mecánicas (de movimiento) y también geométricas (tamaño y forma) de las partículas que la constituyen.

Su mayor aportación a la química, en mi modesta opinión y sin menospreciar sus otros descubrimientos, fue el concepto de elemento químico. Para él era una sustancia que no podía descomponerse en otras.


Un elemento podía combinarse con otro para originar un compuesto y este compuesto podía separarse en sus elementos constituyentes.

Los científicos comenzaron a adoptar este nuevo punto de vista moderno sobre los elementos, aunque aún se pensaba en la posible transmutación de los metales en oro (incluído el propio Boyle).

Sin embargo la lista de sustancias a las que podía aplicarse la nueva definición eran sólo catorce:

  • Las conocidas desde la antigüedad. Los 9 metales clásicos: oro, platino, cobre, plomo, zinc, estaño, hierro, mercurio y antimonio, junto con dos no-metales conocidos: el carbono y el azufre.
  • Tres nuevos elementos descubiertos. En el siglo XVI se descubrió el bismuto en Europa y el platino en Sudamérica.

La visión de la Química como un conjunto de recetas, transformaciones o combinaciones con un pequeño número de ingredientes básicos, los elementos, era ajena a los filósofos naturalistas del siglo XVII. Ellos pensaban que también el aire, e incluso el fuego, era un elemento.

Se tardarían más de 100 años, hasta la aparición de Lavoisier, en conseguir que la Química fuera una única disciplina y que ocupara el lugar que le corresponde en las Ciencias Naturales. Desde luego, le debemos mucho al gran Robert Boyle, por su capacidad de análisis de la realidad de la materia, su jucio a la hora de interpretar los resultados y su carácter visionario.

Simpático video!!








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