La resistencia bacteriana es considerada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como un problema de salud pública. La resistencia de las bacterias a los antibióticos está provocando la emergencia y reemergencia de enfermedades infecciosas.
Los microorganismos originan entre un 20 y un 30% de las enfermedades respiratorias que, a su vez, son la tercera causa de mortalidad en el mundo.
Alexander Fleming ya advirtió de la posibilidad potencial de aparición de resistencias.
Las bacterias adquieren la resistencia a un antibiótico de dos maneras distintas:
- Por mutación. Al igual que en cualquier organismo vivo, su información genética puede cambiar espontáneamente y al azar, proporcionándole la capacidad de supervivencia ante la acción de un antibiótico.
- Por intercambio de genes. Se produce entre variantes o especies bacterianas debido a la posibilidad de formación de puentes de comunicación entre ellas. esto permite que incluso una bacteria inocua que haya adquirido la resistencia a un antibiótico, pueda pasar esta información a otra.
Las dos formas son fenómenos naturales que son inevitables, pero si podemos evitar la selección y propagación de las variedades de bacterias más resistentes.
Las bacterias con mayor tendencia a desarrollar resistencia a los antibióticos son Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Streptococcus pyogenes. Éstos microorganismos son causantes de neumonía, meningitis y otitis.
¿Cómo se propagan las variedades de bacterias más resistentes?. Fundamentalmente por dos factores:
- Tratamientos inadecuados. Si hay una prescripción de antibióticos, tanto excesiva como insuficiente; si no se observan y mantienen en el tiempo necesario las dosis recomendadas y si se venden de forma indiscriminada los medicamentos, favoreciendo la automedicación.
- Utilización de antibióticos en plantas y animales. A pesar de que los antibióticos estaban en un principio destinados a combatir enfermedades infecciosas humanas, se usa también para tratar infecciones en animales y plantas. De hecho, se incorporan de forma rutinaria en la alimentación de los animales. Como los microbios circulan a su antojo entre sus huéspedes humanos, animales y vegetales, tienen la posibilidad de realizar un intercambio genético.
Cuando yo era niña nos suministraban de forma indiscriminada antibióticos en cuanto se producía el más mínimo atisbo de fiebre o dolor. Entonces se producía un abuso del medicamento, pero creo que hoy también se produce el efecto contrario: muchos médicos para no hacernos "resistentes" a los antibióticos no los prescriben ni en muchos casos en los que son necesarios.
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