La humanidad dependió de los animales para el transporte por tierra durante miles de años. Los romanos tardaban semanas en transportar la intendencia que sus tropas necesitaban a lo largo de su vasto Imperio.
En el año 1769, el escocés James Watt inventó la máquina de vapor. Se basó en la bomba de extracción de agua de las minas de Thomas Newcomen (1712).
Esta máquina gastaba casi 3/4 partes de la energía del vapor en calentar el pistón y el cilindro.
Watt desarrolló una cámara de condensación separada o aislada que aumentaba significativamente la eficacia.
Él también creó la unidad caballo de vapor para comparar la salida de las diferentes máquinas de vapor (1CV=735 W).
La máquina de vapor fue instalada en una locomotora en 1804, basándose en los modelos realizados por Oliver Evans. Era capaz de arrastrar un cargamento de 10 Tn por una vía de hierro y a una velocidad de 8 Km/h en Gales.
Fue un acontecimiento excepcional. En 1812 las locomotoras de vapor circulaban de forma regular en Inglaterra. Poco a poco se fueron creando redes nacionales de ferrocarril en muchos países.
Se desarrollaron grandes obras de ingeniería para superar barreras físicas inmensas como las Montañas Rocosas en EEUU o el Lago Baikal en Rusia.
En España la primera línea férrea se inauguró en el año 1848 con el trayecto Barcelona-Mataró.
Durante el siglo XIX y con los innumerables avances técnicos se produjo el auge del ferrocarril: desde frenos automáticos hasta vagones lujosos con lavabos y luz eléctrica.
El ferrocarril fue un indicativo de la modernidad de los países en los que se iba construyendo y revolucionó su vida social y económica.
En el siglo XX comienza la sustitución de la máquina de vapor por máquinas Diesel y eléctricas, que aumentaban la potencia y la velocidad.
En 1934 el tren combinado Diesel-eléctrico Burlington Zephir realiza el largo recorrido Denver-Chicago con una velocidad media "impresionante" de 125 Km/h. Dos años después consiguió en esa ruta, de 1609 Km de longitud, un promedio de 134 Km/h. Hoy en día sigue siendo el record mundial para un trayecto tan largo.
A medida que fue avanzando el siglo XX, la aparición del automóvil, el desarrollo y construcción de buenas redes de carreteras y el uso de camiones y trailers para el transporte de mercancías, hicieron que retrocediera el uso del ferrocarril.
A pesar de este hecho, las innovaciones técnicas a partir de los años 50 del siglo pasado han supuesto un resurgimiento para el tren.
En 1950 entró en funcionamiento en España el TALGO (Tren Articulado Ligero Goicoechea-Oriol). En el año 1980 el TALGO Pendular superó los 230 Km/h.
En 1964 los japoneses sorprendieron al mundo con la aparición de los trenes de alta velocidad.
El TGV francés realiza desde 1981 el trayecto París- Lyon a una media de 270 Km/h y tras obtener en los trayectos de prueba una marca mundial superando los 500 Km/h.
El AVE español realiza el trayecto Madrid-Sevilla en un tiempo de poco más de dos horas y supera los 300 Km/h.
Estas velocidades han impulsado al tren como una alternativa clara al avión, sobre todo en trayectos intermedios, en los que supone además no soportar las largas colas de facturación en los aeropuertos. A ésto se añade el factor del incremento del combustible que también le hace la competencia al coche.
Durante el siglo XIX y con los innumerables avances técnicos se produjo el auge del ferrocarril: desde frenos automáticos hasta vagones lujosos con lavabos y luz eléctrica.
El ferrocarril fue un indicativo de la modernidad de los países en los que se iba construyendo y revolucionó su vida social y económica.
En el siglo XX comienza la sustitución de la máquina de vapor por máquinas Diesel y eléctricas, que aumentaban la potencia y la velocidad.
En 1934 el tren combinado Diesel-eléctrico Burlington Zephir realiza el largo recorrido Denver-Chicago con una velocidad media "impresionante" de 125 Km/h. Dos años después consiguió en esa ruta, de 1609 Km de longitud, un promedio de 134 Km/h. Hoy en día sigue siendo el record mundial para un trayecto tan largo.
A medida que fue avanzando el siglo XX, la aparición del automóvil, el desarrollo y construcción de buenas redes de carreteras y el uso de camiones y trailers para el transporte de mercancías, hicieron que retrocediera el uso del ferrocarril.
A pesar de este hecho, las innovaciones técnicas a partir de los años 50 del siglo pasado han supuesto un resurgimiento para el tren.
En 1950 entró en funcionamiento en España el TALGO (Tren Articulado Ligero Goicoechea-Oriol). En el año 1980 el TALGO Pendular superó los 230 Km/h.
Tren TALGO |
El TGV francés realiza desde 1981 el trayecto París- Lyon a una media de 270 Km/h y tras obtener en los trayectos de prueba una marca mundial superando los 500 Km/h.
El AVE español realiza el trayecto Madrid-Sevilla en un tiempo de poco más de dos horas y supera los 300 Km/h.
Estas velocidades han impulsado al tren como una alternativa clara al avión, sobre todo en trayectos intermedios, en los que supone además no soportar las largas colas de facturación en los aeropuertos. A ésto se añade el factor del incremento del combustible que también le hace la competencia al coche.
Como curiosidad, la primera linea de ferrocarril con ánimo industrial se construyó en 1830 (creo recordar que era esa fecha) en territorio entonces español, Cuba, para trasladar azúcar de los campos a los puertos desde los que se manufacturaba.
ResponderEliminarMaravilloso el tren, y más ahora que tenemos el AVE... En mi opinión, mucho mejor que el avión.
Gracias por el dato, Rafa!!
ResponderEliminarA mi me gusta mucho el tren. Es cierto que es más cómodo que el avión y si además se une la rapidez y modernidad del AVE, el viaje es fantástico.
Además, que quieres que te diga, un viaje en tren es más romántico y está repletito de un regusto nostálgico que me entusiasma...
(Siempre recordaré un maravilloso viaje a Lisboa en tren y en Estambul estuve en la estación donde llegaba el mítico Orient Express)