La Química Modela Los Paisajes

Ciudad Encantada, Cuenca (España)

Gran Cañón de Colorado (EEUU)

Hay dos compuestos muy parecidos cuya diferencia de solubilidad genera algunos de los paisajes más sorprendentes y hermosos de la Tierra, entre los que se encuentra el Gran Cañón de Colorado, las Cuevas de Altamira, Pammukale, la Ciudad Encantada de Cuenca...

Todos ellos son paisajes de piedra caliza, una roca compuesta de carbonato de calcio (CaCO3) que es una molécula insoluble en agua, al contrario que su pariente cercano el bicarbonato de calcio (Ca(HCO3)2).

Carbonato de calcio
La naturaleza convierte a uno en otro con facilidad:

CaCO3  +  CO2  +  H2O  →  Ca(HCO3)2

Si el agua procedente de la lluvia se encharca encima de una roca caliza, el CO2 que contiene reacciona con el carbonato según la reacción anterior.

De esta manera se va disolviendo la roca y se generan cavernas y agujeros que pueden agrandarse con el tiempo hasta convertirse en simas profundas. Incluso, si hay disolución lateral pueden producir cuevas y cañones.

Estalactitas y estalagmitas

Puede darse, además, el proceso contrario. El bicarbonato de calcio disuelto en agua se vuelve a convertir en carbonato de calcio y precipita en forma sólida.

Este fenómeno ocurre en las estalactitas y estalagmitas, donde el movimiento de una lámina o gota de agua con bicarbonato facilita la formación del carbonato cálcico y la emisión de moléculas de CO2.

Este juego de ida y vuelta de las moléculas de dióxido de carbono provocó también la formación de las rocas calizas en su origen. El CO2 se encuentra disuelto en el agua del mar, pero está en equilibrio con el CO2 atmosférico.

Si disminuye el CO2 del aire, entre otras causas porque haya mucha vegetación que lo absorba, el mar se desprende de él para mantener el equilibrio.

A su vez, al perder el agua el dióxido de carbono, el bicarbonato de las rocas tiende a desprenderse de él para compensar la pérdida y se transforma en carbonato de calcio que es insoluble en agua y precipita acumulándose en el lecho oceánico.

De esta manera se formaron las calizas que hoy ocupan gran parte de los continentes: hace millones de años en el fondo del mar.

El problema también es el opuesto. El principal sumidero del CO2 han sido los océanos, que absorben entre la tercera y la cuarta parte del gas.

El dióxido de carbono disuelto en agua genera ácido carbónico H2CO3, que tiende a desprenderse de uno o los dos hidrógenos (H+), y contribuye a acidificar el agua.


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