La Porcelana



La porcelana es un material cerámico blanco, compacto, duro y translúcido. Su origen chino data de la época de la dinastía Shui (581-617).

Los minerales con los que se elabora la porcelana, mezclados en proporciones adecuadas son:

Caolín
  • Caolín: arcilla blanca pura formada por silicato de aluminio hidratado.
  • Cuarzo: dióxido de silicio o sílice molido.
  • Feldespato: silicato de aluminio, calcio, sodio y potasio, también molido.
  • Óxidos metálicos para la pintura.
  • Oro de amalgama para realizar los dorados, si los hubiera.


La palabra procede del italiano Porcella, nombre en italiano de un molusco con concha blanca muy apreciada.

Al regresar Marco Polo de su viaje, comentó la belleza de la cerámica china y contó también que sacaban conchas o porcelanas del mar.

Como la fórmula de la cerámica era secreta, se produjo la confusión y se mezclaron los dos comentarios de Marco Polo: pensaron que el misterio de su fabricación procedía de las conchas nacaradas del molusco Porcella, y con ese nombre se designó a la cerámica china.

Hasta el siglo XIV no llegó comercialmente a Europa.

Siempre fue un misterio su fórmula. Su fabricación se comenzó utilizando un vidrio lácteo como falsa porcelana.

En el Renacimiento, con los Médicis, se consiguió una pasta artificial llamada frita elaborada con caolín y silicatos de cuarzo vidrioso, con una cobertura de esmalte mezclado con estaño (parecido a la porcelana mayólica).

En Inglaterra se fabricó este tipo de porcelana, sin el esmalte de estaño, de muy alta calidad y muy fina y ligera (también llevaba polvo de alabastro y mármol).

Porcelana de Wedgwood







En 1708, el alquimista alemán Friedrich Böttger, en la corte de Dresde, describe una fórmula cuyo resultado era muy similar a la porcelana china. utilizó caolín, alabastro calcinado y feldespato; como innovación en el método de fabricación introdujo la cocción durante 12 horas en un horno a 1300-1400ºC.


El éxito fue rotundo y fundó en 1710 una fábrica en Meissen (Sajonia), rodeada de un gran misterio, pues solo algunos de los empleados conocían la fórmula y los métodos de fabricación.

Estos técnicos, cuya codicia era superior a su lealtad, se trasladaron a Viena, Venecia y Nápoles donde crearon otras fábricas de porcelana.

En Nápoles se fundó en la época de Carlos VII de Borbón (futuro Carlos III de España) la fábrica de Capodimonte. Al llegar a España fundó en Madrid en 1760 la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro (denominada popularmente "La china").

Se localizó en los Jardines del Buen Retiro, cerca de la localización actual de la estatua del Ángel Caído.

El destino de muchas de sus piezas fue la decoración del Palacio Real y los Reales Sitios.

En la Casita del Príncipe del Monasterio del Escorial hay una sala totalmente decorada con porcelana. También uan sala entera del Palacio Real de Madrid está recubierta de porcelana de la Real Fábrica, aunque la obra cumbre de la factoría es la Sala de Porcelana del Palacio Real de Aranjuez.



La Real Fábrica fue destruida durante la Guerra de la Independencia Española. Aunque su destrucción se atribuye a los franceses (hacía competencia a la porcelana de Sèvres), realmente era un objetivo militar de los ingleses. Se destruyó en la Batalla del Retiro el 13 de agosto de 1812.

En el siglo XVIII el marqués de Sargadelos viajó a tierras de Lugo para crear una fábrica de porcelana que fue uno de los primeros altos hornos de España. La fábrica continúa con su proceso en la actualidad.

A mi me encanta este material: es fino, pero duro y resistente. Me gustan las vajillas inglesas, la porcelana de Limoges, la famosa porcelana azul de Delf, las piezas bretonas de Quimper, las exquisitas decoraciones de La Cartuja de Sevilla...
  

Frascos de Limoges


Jarrón de Quimper
Porcelana de Delft















La Cartuja de Sevilla

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