La Paradoja De Los Gemelos

En la física clásica, el tiempo era como la corriente de un río que nos arrastra inexorablemente hacia el futuro.

La teoría de la Relatividad convierte a ese tiempo absoluto, idéntico para todos los observadores, en una magnitud relativa. De esta manera, el tiempo pasa de forma distinta en cada sistema de referencia.

Si construimos dos relojes idénticos y subimos uno de ellos a una nave espacial, la relación entre los tiempos medidos por éste (t`) y los medidos por el que permanece en tierra (t) viene dada por la expresión:

La paradoja de los gemelos constituye una de las consecuencias más extraordinarias de la dilatación del tiempo relativista.

Supongamos que un astronauta de 25 años emprende un viaje espacial al 85% de la velocidad de la luz, mientras su hermano gemelo permanece en  la Tierra controlando la misión.

Si el controlador pudiese ver el reloj de la nave, observaría que, como establece la expresión para la dilatación temporal, por cada hora que pasa en la Tierra, el reloj de la nave sólo avanza 30 minutos.

Al regresar el astronauta, tras 30 años de navegación según el reloj de la nave, nota que a sus 55 años el tiempo no ha transcurrido de forma extraña.

Sin embargo, en la Tierra el tiempo ha transcurrido de diferente manera: su hermano ha cumplido 85 años (ha pasado el doble de tiempo) y ya está jubilado.

Aún más: si al partir el astronauta hubiera dejado un bebé recién nacido, a su regreso se encontraría con que su hijo es ahora mayor que él !!

Lógicamente, cuando el movimiento entre dos sistemas de referencia tiene lugar a velocidades mucho menores que las de la luz, sus efectos resultan inapreciables.

En 1971 varios científicos colocaron relojes atómicos en jets supersónicos y los hicieron volar alrededor del mundo.

Al aterrizar el avión, la hora del avión y la de tierra no coincidía.

Esta prueba sirvió para demostrar la dilatación del tiempo.