¡Vaya Cogorza!



Seguro que mucha gente terminó o empezó el Año con una cogorza, borrachera, curda, trompa, tajada, mona, pedo (que puede ser de colores)...

La intoxicación la causa la sustancia química etanol (llamada de forma común alcohol, aunque hay muchos tipos de alcoholes).

La molécula de etanol, también conocida como alcohol etílico, es un líquido incoloro e inflamable cuyo punto de ebullición es de 78ºC.

Se puede mezclar con agua en cualquier proporción, pero a una concentración de 96% en masa se forma una mezcla azeotrópica y no se puede conseguir más puro.

Es el principal componente de las bebidas alcohólicas como el vino (13% o 13º es lo mismo), la cerveza (5%) o los licores (hasta del 50% o más de etanol).

Desde la antigüedad se obtenía por fermentación anaeróbica de una disolución azucarada a la que se añadía una levadura y posteriormente se procedía a una destilación.

El etanol tiene muchas aplicaciones, pero en esta entrada voy a hablar de los efectos del alcohol en el organismo.


El alcohol puede afectar al Sistema Nervioso Central provocando estados de euforia, desinhibición, mareos, somnolencia, confusión, ilusiones (ver doble o en movimiento cualquier objeto).


Además reduce los reflejos y a alta concentración ralentiza los movimientos, impide la coordinación de los miembros y produce pérdida temporal de la visión.

En algunos casos puede producir incremento de la agresividad del sujeto intoxicado, así como de su agresividad. Afecta a la zona de control de los impulsos, por lo que puede volverlos descontrolados y frenéticos.

A corto plazo sus efectos son la embriaguez y la deshidratación.


A largo plazo provoca cambios en el metabolismo del hígado y del cerebro y provoca la adicción al alcohol o alcoholismo.

El alcohol estimula la producción de insulina, que acelera el metabolismo de la glucosa y hace que disminuya el nivel de azúcar en sangre, lo cual provoca irritabilidad (y para los diabéticos la muerte).

El alcohol, además, limita la producción de la hormona antidiurética (ADH) en el hipotálamo y  su posterior secreción. Esto puede provocar una deshidratación severa si se ingieren grandes cantidades de alcohol, ya que aumenta la concentración de agua en orina y vómito. A esto se debe la intensa sed que acompaña a la resaca.

Si la intoxicación es muy elevada puede inducir al coma y provocar la muerte.


Vivimos en un país en el que se propicia el consumo de alcohol, pero debemos ser cautos con las cantidades. Desde luego la ingesta de grandes cantidades de alcohol convierten a los jóvenes en "alcohólicos de fin de semana" y una cosa debe quedar muy clara: Si bebes no conduzcas.



Comentarios

  1. ¿Se propicia el consumo de alcohol? No se si se propicia, pero para mi el problema es que es muy fácil conseguirlo... tengas la edad que tengas. Quizas se debiera hacer como con el tabaco: sin publicidad, solo a la venta en determinados lugares...

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  2. Cuando hablo de propiciar me refiero a que su consumo está incorporado a la vida diaria y que en nuestra cultura mediterránea, todo se celebra en torno a una mesa y bebiendo vino o cerveza.

    Es verdad que es muy fácil de conseguir, aunque no tengas la edad para consumirlo.

    Pero también pasa lo mismo con el tabaco: aunque no se pueda comprar más que en estancos y otros establecimientos, todos sabemos que se puede adquirir en sitios "abiertos" casi todo el día y de tapadillo...

    ¿No crees, Rafa, que si lo prohibieran quizás atraería a más consumidores?

    Barro hacia mi casa, pero creo que al final todo está en la educación: informar de los riesgos y a la vez educar en la sensatez y el uso adecuado (lo que pasa es que aquí del uso se pasa al abuso)...

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  3. Pues igual si... Lo de la cultura mediterránea es cierto, y es una cultura muy sana si es responsable... :P
    No digo prohibirlo, pero si "controlarlo" más, endurecerlo... No se si atraería a más gente, pero con el tabaco parece que funciona, no?

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  4. Es cierto que las bebidas alcohólicas nos pueden matar más o menos rápidamente, pero pasa lo de siempre: todo depende del uso que hagamos de ellas. Cuando se consumen grandes cantidades o con una frecuencia excesiva, sus efectos en el organismo son desastrosos. Pero un consumo moderado y/o esporádico es algo que nuestro organismo asimila bien (en los países mediterráneos especialmente, ya que llevamos siglos habituados a ellas). No voy a decir que sean saludables (aunque algunos expertos dicen que un vaso de vino al día es cardiosaludable), pero no nos perjudican si las consumimos adecuadamente: coincido contigo, Marta, en que se hace necesaria una educación de la gente joven, pero no sólo sobre su consumo sensato, sino especialmente sobre el papel cultural que siempre han jugado en la sociedad mediterránea de servir como un elemento que nos estimula para hablar con muestros amigos en una reunión, que nos anima a mostrarnos más desinhibidos y quizá más como realmente somos. Pero en la sociedad actual se han desarrollados formas contraculturales de consumo de bebidas alcohólicas, que han favorecido malos hábitos, como beberlas a solas sin medida (con lo que se oponen a su origen histórico de fomentar la comunicación social) o hacer alocados "botellones" bebiendo cantidades excesivas (con lo que se convierten en un peligro real para nuestra vida).
    No niego que el alcohol pueda llegar a matar a las personas, pero con un consumo RESPONSABLE Y ADECUADO A NUESTRA TRADICIÓN MEDITERRÁNEA nos harán la vida no más larga, pero sí un poquito más feliz. Ya lo decían los romanos: "Balnea, vina, Venus, corrumpunt corpora nostra, sed vitam faciunt" (los baños, los vinos y el amor desgastan nuestros cuerpos, pero hacen la vida).

    Lo del tabaco, Rafa, es otra cosa: sus efectos nocivos para el organismo son inmediatos desde el primer cigarrillo (afecta a lo más básico de nuestro organismo, la respiración, tanto a la del fumador como a la del no fumador) y además es un elemento extraño en nuestra sociedad mediterránea (apenas lleva 400 años en España esta planta americana). Aplicar al consumo de las bebidas alcohólicas restricciones como las que se están aplicando al tabaco iría contra nuestra cultura, contra nuestra forma de entender el mundo. Recuerda que la forma más sublime de bebida alcohólica que existe, el extraordinario vino del Mediterráneo, fue elegido por Cristo como la bebida de su última cena, y me cuesta imaginar esa escena tan emocionante de Jesús hablando con sus discípulos en torno a unos cálices de vino con otra bebida más adecuada (¿os imagináis el momento de la transubstanciación con un zumo de naranja o una coca-cola light?).
    Feliz año a ti, Marta, y a los 34 seguidores de este maravilloso blog: Fernando, coordinador de Bachillerato.

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  5. Yo creo que es mas sencillo.

    Lo que ya inventaron los egipcios, no fue mas que una bebida, producto de un proceso natural, la fermentación. Para acompañar las comidas y aportar sales y azucares, con los que reponer su estado metabólico, en ese clima y en esos lugares.

    Desde allí, y desde entonces, en muchos lugares nadie ha entendido como nocivo algo, que formaba parte de su comida, vida, y cultura. Incluso las gentes mas septentrionales adaptaron e incorporaron los líquidos de la fermentación de diferentes gramíneas y otras plantas, para su consumo.

    Pero el asunto esta, creo en que hoy lo tenemos que normalizar, dentro de que ya no vivimos con esos mínimos con los que antes existiamos.

    Vamos, que cada uno debe saber hasta donde bebe sin haber comido lo suficiente, porque entonces ya no es el sistema digestivo solo quien lo nota, sino ...........quien nos "gobierna", nuestro cerebro y nuestra consciencia.

    Yo, este nuevo año, brindo por vosotros.............con lo que querais.

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  6. Feliz Año Nuevo, Fernando !!

    Muy bueno tu speech :) No es de coña, estoy completamente de acuerdo contigo.

    Es cierto que un vaso de vino al día es cardiosaludable y si es en compañía de amigos, pues es emocionalmente-saludable, ja, ja, ja...

    Un beso enorme

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  7. Hola Antonio !!! Feliz Año Nuevo :)

    Ya te echaba de menos por estos lares...

    Desde luego que tenemos que brindar, pero yo me niego a hacerlo con coca-cola, ja, ja, ja...

    Como os decía en la última entrada del año, es un hecho cultural que en las celebraciones levantemos nuestras copas y hagamos un brindis (ya sea con vino, champán, cava, cerveza o lo que cada uno prefiera) para festejar la amistad, la salud, el amor o simplemente, la vida.

    Un beso doble

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