Los Frescos De Pompeya

El 24 de agosto del año 79 tuvo lugar la erupción del Vesubio que sepultó Pompeya y sus alrededores (Herculano y otros pueblos de la bahía de Nápoles).


Es un fantástico lugar para los arqueólogos, pues aún hoy siguen desenterrando restos de edificios y viviendas, con la peculiaridad de que todos los objetos (incluidas personas y animales que perecieron) permanecen "intactos", pues se cubrieron de capas de cenizas volcánicas que les preservaron hasta nuestros días.






Casa de los Misterios. Pompeya.



La poetisa. Casa de Libanio. Pompeya

En la Villa Sora, devuelta a la luz hace 20 años, existen unos espectaculares frescos en sus paredes de un llamativo color rojo.



El color rojo de las pinturas se debe al sulfuro de mercurio o cinabrio (HgS) que posee una pigmentación de un tono rojo intenso.



En ciertas circunstancias el cinabrio se vuelve inestable, proporcionando unas apagadas sombras negro-grisáceas.


La luz solar transforma el cinabrio en meta-cinabrio, una estructura de color negro en la que los átomos de mercurio y azufre se distribuyen de forma distinta.

Un equipo de investigadores italianos y franceses estudió cuatro muestras de pintura mural de Villa Sora y descubrió que se habían producido reacciones químicas inesperadas.

Polvo de cinabrio


El cinabrio reaccionó con cloro formando unos compuestos de cloro-mercurio de color gris y la sulfatación de la calcita provocó la formación de una capa negra sobre la superficie de la pintura.



Tras el análisis transversal de las muestras se observó que la capa alterada tiene sólo 5 micras de espesor y, por debajo de ella, el cinabrio sigue intacto, lo cual permite ser optimistas sobre la recuperación de los frescos.


El sol, en concreto la luz, acelera algunas reacciones y la lluvia también disuelve algunas sustancias más solubles, pero también contribuyen a la degradación la contaminación atmosférica y la acción de algunas bacterias que capturan azufre.

El conocimiento de la causas exactas de la descomposición permitirá evitar la pérdida de estos testimonios de dos mil años de antigüedad.

Desde mayo de 2009 se exponen, tras más de diez años de restauración, 400 frescos de Pompeya y Herculano en el Museo Nacional de Nápoles.



Un lugar mágico que nos hace retroceder dos milenios...

Comentarios

  1. ¡Qué estupenda noticia! Desde luego ésta es otra de las múltiples razones para interesarse por las maravillas que con vuestra ciencia hacéis los químicos. Suena casi a milagro que aplicando estos conocimientos sobre las propiedades del cinabrio se pueda conseguir la recuperación de los frescos de Pompeya. Ojalá que estas investigaciones culminen con una técnica que permita retirar las capas negras que recubren al cinabrio y poder admirar todos los misterios de estas pinturas. Porque estas pinturas al fresco, junto con los retratos en madera de Al-Fayum (Egipto), son lo único que nos permite visualizar cómo era la pintura grecorromana, y tal vez hacernos una idea de cómo pudieron ser los magníficos cuadros de los pintores Apeles o Polignoto, que en la antigüedad eran tan admirados como pueden ser Velázquez o Rubens para nosotros, y cuya pintura se ha perdido para siempre por la acción oxidante del tiempo...

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  2. Muchísimas gracias por tu interesante comentario, Fernando :)

    Desde luego, siempre me aportas datos que yo desconocía...(¿Es lo que se llama aprendizaje cooperativo?) ja, ja, ja

    Un beso

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