El científico norteamericano Percy Spencer trabajaba con un generador de altas frecuencias para crear un radar, en concreto con un nuevo tubo al vacío llamado magnetrón.
Un día de 1945 , al sentir apetito mientras trabajaba, buscó en el bolsillo de su chaqueta una chocolatina y descubrió que se había derretido.
Intrigado, colocó unos granos de maíz cerca del generador y observó cómo se movían y se hinchaban en pocos minutos. Al día siguiente colocó un huevo de gallina cerca del magnetrón. El huevo comenzó a vibrar debido al aumento de presión interna por el rápido aumento de la temperatura. Un colega curioso, al acercarse, se salpicó la cara con yema de huevo.
Un día de 1945 , al sentir apetito mientras trabajaba, buscó en el bolsillo de su chaqueta una chocolatina y descubrió que se había derretido.
Intrigado, colocó unos granos de maíz cerca del generador y observó cómo se movían y se hinchaban en pocos minutos. Al día siguiente colocó un huevo de gallina cerca del magnetrón. El huevo comenzó a vibrar debido al aumento de presión interna por el rápido aumento de la temperatura. Un colega curioso, al acercarse, se salpicó la cara con yema de huevo.
No tardó mucho en diseñar una caja metálica con una abertura que funcionaba con la energía de las ondas de microondas. La energía dentro de la caja no podía escapar y creaba un campo electromagnético de mayor densidad.
Estas ondas calientan los alimentos porque mueven las moléculas de agua que hay en su interior, al poseer éstas un dipolo eléctrico. Esta es la razón por la que el aparato sólo funciona con tejidos que contienen agua.
El primer microondas se comercializó en 1947 , medía 1,60 m de altura y pesaba 80 Kg. ¿Su precio? Uauh!: 5000 dólares de la época.
No se vendieron muchos hornos (realmente eran un "muerto") y además el magnetrón se enfriaba con agua y había que instalar unas tuberías especiales.
El horno se mejoró; se hizo más ligero, más económico y se enfriaba con aire. De inmediato los negocios de comida rápida y los restaurantes se dieron cuenta de que el horno microondas resolvía muchos problemas: permitía guardar los alimentos refrigerados y luego calentarlos a demanda.
¿Te imaginas ahora la complicación de calentar los alimentos, o las sobras que nos resuelven tantas cenas, sin el uso del microondas?
Estas ondas calientan los alimentos porque mueven las moléculas de agua que hay en su interior, al poseer éstas un dipolo eléctrico. Esta es la razón por la que el aparato sólo funciona con tejidos que contienen agua.
El primer microondas se comercializó en 1947 , medía 1,60 m de altura y pesaba 80 Kg. ¿Su precio? Uauh!: 5000 dólares de la época.
No se vendieron muchos hornos (realmente eran un "muerto") y además el magnetrón se enfriaba con agua y había que instalar unas tuberías especiales.
El horno se mejoró; se hizo más ligero, más económico y se enfriaba con aire. De inmediato los negocios de comida rápida y los restaurantes se dieron cuenta de que el horno microondas resolvía muchos problemas: permitía guardar los alimentos refrigerados y luego calentarlos a demanda.
¿Te imaginas ahora la complicación de calentar los alimentos, o las sobras que nos resuelven tantas cenas, sin el uso del microondas?
Muy curioso, a mi me recuerda al caso los coches eléctricos o los que funcionan por hidrógeno. Aunque existen y se venden, apenas se ven por la calle; supongo que porque son caros y poco eficaces (por ahora). :)
ResponderEliminarEspero que no haya que esperar 40 años para verlos.
Si, Alex. Yo también he visto lugares de recarga de coches eléctricos, aunque nunca he visto un coche cargándose, ni tampoco coches eléctricos circulando...
ResponderEliminarYa te habrás fijado en que muchos autobuses urbanos funcionan con hidrógeno y con gas natural.
Pasará como con todo: el precio irá disminuyendo a medida que aumenta la demanda (después de permanecer un tiempo en el mercado con los precios altísimos para generar expectativas) y los avances tecnológicos permitirán a más empresas producir y competir por el producto.
Recuerda esos móviles iniciales que eran como "ladrillos" y que costaban un pastón, o el pasado año con la invasión de las tabletas...
Es cuestión de esperar, y no creo que sean 40 años!!