Una cucharadita de azúcar sólo aporta 15 calorías, pero los edulcorantes artificiales suponen una ventaja para los diabéticos, las personas a dieta o los que los usamos a veces para compensar un atracón dulce y así tranquilizar nuestra conciencia (ya sabéis, es como tomarse un pincho de tortilla y una cola light o un café con sacarina y acompañarlo de churros o donut)
Los edulcorantes artificiales más conocidos son el aspartamo, la sacarina y el acesulfamo potásico.
El ASPARTAMO es una combinación de dos proteínas: el ácido aspártico y la fenilalanina. Es de 100 a 200 veces más dulce que el azúcar y aporta las mismas 4 calorías por gramo que las proteínas. La diferencia radica en que al ser más dulce que la sacarosa basta con una pequeñísima cantidad.
Los productos que contienen aspartamo deben llevar en la etiqueta una advertencia: "contiene una fuente de fenilamina", pues existe una enfermedad genética llamada FENILCETONURIA que impide a los que la padecen metabolizar la fenilalanina. El resto de las personas son capaces de eliminar el exceso de fenilalanina . El aspartamo sólo tiene efectos secundarios si se ingiere en dosis masivas, lo cual no es el caso.
La SACARINA se sintetizó en 1878 y se utiliza como edulcorante desde principios del siglo XX. Se obtiene mediante síntesis química a partir del tolueno u otros derivados del petróleo. Es 300 veces más dulce que la sacarosa. La forma más usada es la sal sódica, ya que es soluble en agua.
Su uso se prohibió en algunos países como Canadá, ya que un estudio de laboratorio en ratas estableció que provocaba cáncer de vejiga. En las ratas producía una agresión a la vejiga que inducía una proliferación celular, es decir, una producción de tumores, pero se utilizaron altas dosis de sacarina. A principios de 2001, otras investigaciones no encontraron evidencias de que la sacarina provocara cáncer de vejiga en humanos.
El ACESULFAMO POTÁSICO, también conocido como acesulfamo K, es de 150 a 200 veces más dulce que el azúcar. Mejora el sabor dulce de chicles, bebidas, postres, etc.
No es ni metabolizado ni almacenado en el organismo; después de consumido es absorbido rápidamente por el cuerpo y excretado.
Los edulcorantes artificiales pueden ser perjudiciales para la salud si se ingieren en grandes cantidades. Pero, lo mismo puede decirse de cualquier sustancia o alimento (¿quién se comería 5 kg de patatas fritas o de aceitunas?).
Para terminar, los que tomáis habitualmente caramelos sin azúcar habréis visto en la etiqueta un ingrediente llamado SORBITOL. No es un edulcorante ni un azúcar. Por su terminación en -ol, habréis deducido que se trata de un alcohol. En efecto, es un alcohol dulce que se encuentra de forma natural en bayas y frutos. Es soluble en agua y se emplea para evitar el apelmazamiento de muchos alimentos procesados, cosméticos y pastas de dientes, además de mantenerlos húmedos.
Sólo tiene un inconveniente: el exceso de sorbitol resulta laxante, al retener el agua en el intestino. Si abusas de los caramelos sin azúcar no lamentes tu incontinencia...
¡Todo lo que voy a aprender! Ahora resulta que una cabeza anticientífica como la mía lee con avidez temas absolutamente alejados de mis habituales intereses. Pero, claro, contado así, ¡no hay quien se resista!
ResponderEliminarEnhorabuena por los contenidos y presentación de este blog. Tiene toda la pinta de que va a cosechar muchos éxitos.
eMi
Muchísimas gracias, eMi.
ResponderEliminarYa sabes que la responsable de que me haya embarcado en un tinglado como éste, eres tú y solamente tú...
Y te agradezco en el alma todo lo que me aportas y enseñas cada día.