La vainilla pertenece a la especie de orquídeas Vanilla Planiforia, que produce un fruto del que se obtiene el saborizante con su nombre.
El origen mexicano de la vainilla está asociado al del chocolate. Los mayas, primero, y los aztecas después, enriquecían con vainilla una bebida espesa a base de cacao destinada a los nobles y guerreros.
Los aztecas la llamaron ixtlilxochitl, "flor negra". Ellos no la cultivaban, sino que se la solicitaban a los totonacas, antiguo pueblo en las cercanías de Veracruz.
Los españoles descubrieron la vainilla en el siglo XVI cuando llegaron a Tenochtitlan, el actual México, en el encuentro de Hernán Cortés con Moctezuma. Bautizaron a la planta con ese nombre por su fruto, parecido a la vaina de una espada.
La vainilla más apreciada hoy en día es la de Madagascar. La producción y exportación desde Veracruz siguió hasta el siglo XIX, pues cultivadores franceses en México aprendieron a inseminar artificialmente las flores. Los productores de La Reunión introdujeron el cultivo de la vainilla en Madagascar en 1880 y hoy es el primer exportador mundial (60% de la vainilla mundial).
Para llevar en su etiqueta el nombre de "extracto puro de vainilla" debe haber sido extraído auténticas bayas de vainilla.
La sustancia química que le da a la vainilla su aroma y sabor característico es la VAINILLINA (4-hidroxi-3-metoxibenzaldehído).
Vainillina |
Ésta es más barata obtenida por síntesis química que a través de la extracción de la orquídea de la que procede. Aún así, el auténtico extracto de vainilla es más complejo que la simple vainillina, pues en él se han identificado más de 130 componentes químicos distintos.
Creo que no merece la pena comprar la imitación: la vainilla natural se comercializa en frasquitos de vidrio en forma de polvo de las semillas de la vaina o en forma de vaina flexible y parecida al cuero. Las cantidades que se utilizan para una receta de repostería son muy pequeñas y el frasquito te dura, casi, eternamente.
Según las recetas, para obtener un sabor más intenso, interesa abrir longitudinalmente la vaina con un cuchillo y raspar las semillas. Cuando veáis un helado o un postre con vainilla con "puntitos" negros, no penséis que os están estafando: muy al contrario, os están dando las semillas de la vainilla natural.
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