Hoy en día los bebés que no se benefician de la lactancia materna se alimentan con leche maternizada, que se prepara calentando el biberón con agua mineral a la que luego se añade la leche en polvo.
Los biberones de plástico están fabricados con un policarbonato llamado Bisfenol-A (BPA, de sus iniciales en inglés).
Fue sintetizado en 1891 por el químico ruso Alexander Dianin a través de la unión entre una molécula de acetona (CH3-CO-CH3) y de ahí el sufijo -A de su nombre, con dos moléculas de fenol.
El BPA es la unidad o monómero necesario para la producción de resinas epoxi y de policarbonato de plástico.
Es un material transparente y resistente utilizado en la fabricación de bibes, botellas de agua, composites dentales...
También las resinas epoxi que contienen BPA se usan en el recubrimiento de latas de comida o bebida.
Los plásticos tipo 3 (el PVC) pueden también contener BPA que se añade con efectos antioxidantes y plastificantes.
También lo liberan los de tipo 7 (PC o policarbonato) que aparece en juguetes y discos compactos y en los de tipo 6 (espumas de poliestireno, PS) que se usan en recipientes de bebida caliente, envases llamados "de almeja" para las hamburguesas y comida rápida, cartones de huevos...
Al calentar el biberón o un recipiente que esté elaborado con plásticos de los tipos 3, 6 o 7 se desprenden moléculas de BPA. No es tóxico, ni cancerígeno, pero tampoco del todo inocuo.
En las latas de conserva el BPA evita que el plomo y el estaño de las soldaduras interiores se disuelva y entren en contacto con los alimentos.
Estudios en la orina de personas que consumían sopa de lata revelan que contiene una concentración de la molécula mayor que la de las personas que comen caldo casero.
Es como una hormona artificial, es decir, produce efectos similares a las hormonas pues se adhiere a receptores de estrógenos.
Es un disruptor endocrino que interfiere en el funcionamiento de las glándulas endocrinas.
Los afectados son los bebés en época embrionaria y en la lactancia. Es en esta etapa cuando la madre le traspasa, a través del cordón umbilical o de la leche, todas las hormonas que se han ido acumulando en su cuerpo.
Puede provocar cambios en la pubertad, acelerando su llegada. También causa un aumento en el tamaño del útero o la vagina.
La seguridad del uso del BPA ha sido cuestionada desde los años 30.
Es preferible dejarse guiar por el principio de la precaución, de hecho en Francia ya lo han hecho. En Francia se prohíbe cualquier envase alimentario que lo contenga a partir del 1 de enero de 2014.
Desde junio de 2011 ningún biberón de la Unión Europea puede contener BPA, pero la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria no estima que deba ampliarse a resto de envases de uso alimentario.
Afirma que no hay evidencias científicas de la presencia de la molécula en envases de plásticos para consumidores que suponga riesgos para su salud.
En cualquier caso, aunque los estudios no sean concluyentes, no dejan de ser preocupantes. Siempre pienso que es mejor siempre prevenir que curar después...
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