Los seres humanos somos organismos que sudamos mucho, pero es algo que compartimos con el resto de los primates, los caballos y otros mamíferos.
El sudor tiene una función importantísima: es un excelente mecanismo de refrigeración que nos permite hacer esfuerzos prolongados.
Otros mamíferos sudan mucho menos y sólo pueden refrigerar por la boca.
Los perros, por ejemplo, sudan por la boca a través de sus jadeos.
Los humanos primitivos practicaban la caza por resistencia, en la que perseguían a sus presas hasta que caían muertas, no por el agotamiento, sino por el sobrecalentamiento.
Este líquido claro y salado está compuesto, fundamentalmente por agua y sales minerales, aunque la cantidad y composición del sudor no es constante al estar regulado por el Sistema Nervioso.
El sudor se produce en las glándulas sudoríparas distribuidas por la piel de todo el cuerpo, especialmente en la frente, palmas de manos y pies en las axilas, y fluye al exterior a través de unos orificios llamados poros.
Las glándulas sudoríparas generan el sudor partiendo del agua filtrada de los capilares sanguíneos; por eso su composición es similar a la de una orina muy diluida.
La composición del sudor es agua en un 98% y el resto lo componen sales (cloruro sódico, NaCl fundamentalmente), urea, creatinina, ácido úrico y ácido láctico.
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Hay dos tipos de sudor:
- Ecrino: es el sudor de la piel, las palmas de las manos y los pies y la frente. Las glándulas ecrinas segregan 1 litro al día de sudor en condiciones basales o "normales".
- Apocrino: es el sudor del pecho, axilas y genitales. Es más turbio, porque contiene restos de células, lípidos y sustancias nitrogenadas que le confieren mal olor.
El mito que se derrumba es que sudar no adelgaza. Sólo el ejercicio es el que nos hace quemar las grasas, así que carece de sentido pasarse horas en la sauna o envolverse en plásticos. El peso que se pierde al sudar es el correspondiente al agua, que se recupera tan pronto como empezamos a hidratarnos y reponer alimentos.
Las mujeres poseemos más glándulas sudoríparas que los hombres, pero son menos activas. loas personas con sobrepeso sudan más debido a la grasa corporal, que actúa como aislante y sube la temperatura interior del organismo.
Habréis observado que las personas que están más en forma sudan más, pero esta vez no es debido a exceso de grasa, sino a que son más eficientes refrigerándose.
El exceso de sudoración se llama hiperhidrosis. Es un trastorno por fallo en el Sistema Nervioso y hace que el cuerpo genere más sudor del necesario para regular la temperatura corporal.
Afortunadamente tiene tratamientos: si es en axilas desodorantes con mayor cantidad de cloruro de aluminio hexahidrato, aplicación de toxina botulínica, pastillas...
Por último, una curiosidad: ¿se puede sudar sangre?. En el Evangelio de Lucas se menciona que Jesucristo sudó sangre.
La respuesta es afirmativa. El fenómeno se llama hematidrosis y aparece en situaciones asociadas a elevados estados de ansiedad, estrés y debilidad física.
Los vasos sanguíneos se contraen y dilatan de tal forma que alcanzan la rotura y provocan hemorragias en las capas de la epidermis más cercanas a las glándulas sudoríparas. La sangre se combina con el sudor y fluye por la piel.
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