El 90% de las muertes causadas por enfermedades infecciosas en el mundo (sobre todo en niños y jóvenes en países en desarrollo) son debidas a la neumonía, la tuberculosis, el paludismo, las enfermedades diarreicas y al SIDA.
Una epidemia es un brote infeccioso que se propaga rápidamente en una misma región geográfica, durante un tiempo limitado, y que afecta a una gran proporción de personas.
La diferencia con la pandemia es que la enfermedad infecciosa afecta, al mismo tiempo, a un gran número de países del mundo.
La mayoría de las enfermedades infecciosas han causado miles de muertes a la humanidad a lo largo de su historia, pero hay algunas nuevas, como el SIDA o el Ébola.
- Enfermedades emergentes. Desde la aparición del SIDA en 1983 hasta el SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en 2003, el ritmo de crecimiento de enfermedades nuevas, según la OMS, es de una por año.
Algunos de los microorganismos causantes de estas enfermedades han permanecido mucho tiempo confinados en su lugar de origen antes de entrar en contacto con las personas. Así ha sucedido con fiebres hemorrágicas terribles, como el Ébola, que llegó a los humanos debido a la invasión y destrucción de los bosques.
En otros casos son debidas a mutaciones que las convierten en enfermedades peligrosas para las personas.
- Enfermedades reemergentes. Algunas infecciones de la antigüedad siguen con nosotros y otras, que se creían ya erradicadas, han aparecido de nuevo. Éstas se llaman reemergentes.
- Cólera. Regresó a América del Sur en 1991 tras un siglo de ausencia y arrancó la vida de casi 400.000 personas.
- Tuberculosis. Después de su retroceso en la segunda mitad del siglo XX, ha regresado a Europa del Este y al África subsahariana, infectando a más de 2 millones de personas por año.
- Dengue. Aunque estaba confinado en el sudeste asiático, pasó en los últimos años del siglo xx a América y ha acabado afectando a más de 50 millones de personas por año.
- Malaria. Causa la muerte de un millón de personas al año. En los años 60 del siglo pasado, gracias al uso de insecticidas (contra el mosquito Anopheles que transmite la malaria) hizo creer que se erradicaría la enfermedad. En los últimos años ha emergido en nuevas áreas.
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