La acumulación de sustancias perjudiciales en el suelo provoca una pérdida parcial o total de su productividad y además va acompañada de cierta toxicidad.
La contaminación de origen natural se produce por la evolución de los suelos. En suelos con muchos lavados se produce la pérdida de elementos con más facilidad para trasladarse, como el calcio y el magnesio, y aumenta la concentración de elementos pesados (cromo, cobre y manganeso).
Al incrementarse la cantidad de elementos pesados aumenta el riesgo de que las plantas los asimilen.
A partir del siglo XX la acción humana ha sido determinante en el origen de nuevos tipos de contaminación, debido a los metales pesados procedentes de minas y fundiciones, productos agrícolas, residuos domésticos, producción de lodos, quema de combustibles...
Los principales agentes contaminantes son:
- Metales pesados. Aunque ciertos oligoelementos son indispensables en pequeñas dosis para los organismos vivos, superado cierto umbral se convierten en elementos muy perjudiciales por su toxicidad.
Estos elementos son: arsénico (As), boro (B), cobalto (Co), cromo (Cr), cobre (Cu), manganeso (Mn), zinc (Zn)...
Otros elementos como cadmio (Cd), mercurio (Hg), plomo (Pb), níquel (Ni), antimonio (Sb) y bismuto (Bi), no poseen una función biológica y no se excretan, por lo que su presencia en los seres vivos provoca disfunciones muy severas.
- Plaguicidas y herbicidas. Son sustancias químicas sintéticas necesarias para combatir los parásitos y malas hierbas que disminuyen la producción.
Estos compuesto químicos actúan, en algunos casos, rompiendo las cadenas tróficas y dañando especies beneficiosas.
Si se manejan sin el control adecuado pueden incluso pasar a la cadena alimenticia.
- Fertilizantes. Como el suelo va disminuyendo sus nutrientes debido a los cultivos intensivos, los agricultores se ven obligados a compensarlo mediante el aporte de fertilizantes.
Son sustancias químicas solubles y asimilables por las raíces de las plantas. Suelen ser minerales.
Las plantas contienen unos 60 elementos químicos constituyentes, de los cuales unos 16 son esenciales. Se llaman macronutrientes primarios al nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K).
Un fertilizante compuesto como el NPK 8-24-16 tiene esa denominación porque contiene un 8% de N, un 24% de P2O5 (óxido de fósforo (V)) y un 16% de K2O (óxido de potasio).
Al utilizarse estas sustancias, no siempre se tiene en cuenta las propiedades de la tierra y su composición real, por lo que se emplean dosis masivas que se acumulan en el suelo, contaminándolo y pudiendo pasar a aguas superficiales o subterráneas.
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