Manuel Jalón Corominas, fallecido el pasado 16 de diciembre a la edad de 86 años, fue un famoso inventor español. Ingeniero aeronáutico de formación y oficial del Ejército del Aire en la Base Aérea de Zaragoza, legó a la humanidad un invento de genial simpleza: la fregona.
Durante una estancia en EEUU observó cómo los hangares se fregaban con una mopa plana y un cubo de rodillos.
En 1956 inició la fabricación de su elemental prodigio, aplicando a un palo de escoba un penacho de tiras de algodón que se escurría en un cubo.
Este instrumento de limpieza mejoró la calidad de vida de muchas mujeres en España (y en el resto del mundo), ya que antes de su comercialización se limpiaba el suelo de rodillas con trapos de algodón.
De esta manera, la fregona ha evitado bursitis de rodilla y problemas de espalda, además de contribuir a que las manos no se estropeen con la lejía.
A pesar del gran éxito del invento, vendió la patente a una multinacional holandesa (Curver), para dedicarse a otros proyectos como la aguja hipodérmica desechable, que él también inventó.
Desde luego, ha sido un invento imprescindible en buena parte del mundo: ¿en qué hogar no existe una fregona?
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Por algo ingeniero viene de ingenio, de aplicar las soluciones más sencillas posibles... Parece increible que se tardaran tantos años en inventar algo tan cotidiano.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, Rafa :)
ResponderEliminarLos ingenieros ingeniosos (que no todos lo son) tenéis que buscar soluciones a los problemas técnicos de la sociedad que sean sencillas, sostenibles, cómodas para el usuario y que nos faciliten la vida a todos...
Un beso