Se acepta mayoritariamente que el vocablo "química" tiene su origen en la antigua palabra "khemeia" que puede proceder del nombre que los egipcios daban a su propio país; o del griego "khumeia" que significa "verter juntos" o "alear" o del persa "kimia" u oro.
Durante la Edad Media, los árabes transformaron khemeia en "al-kimiya", que significa originariamente "la ciencia egipcia". Posteriormente la palabra se adopta en Europa como ALQUIMIA.
La alquimia es una antigua práctica protocientífica y filosófica que aglutina elementos de la química, metalurgia, física, medicina, astrología, misticismo, espiritualismo y arte.
Fue practicada en Mesopotamia, Antiguo Egipto, Persia, India, China, Antigua Grecia, en los imperios Romano e Islámico y en Europa hasta el siglo XVII.
Boyle, en su famosa obra El químico escéptico publicada en 1661, suprime la primera sílaba del término alquimia y hace que se utilice a partir de ese momento la palabra Química.
La alquimia occidental se ha relacionado siempre con el hermetismo, un sistema filosófico y espiritual cuyas raíces se encuentran en el legendario alquimista Hermes Trimegisto.
En la cultura popular, la alquimia se identifica con el proceso usado para transformar plomo u otros elementos en oro.
Otra forma que adopta la alquimia es la búsqueda de la "piedra filosofal" , que sería la que posibilitaría la eterna juventud o la que transmutaría oro.
Para los alquimistas toda sustancia se componía de tres partes: mercurio, azufre y sal, que se corresponden con espíritu, alma y cuerpo.
Los alquimistas utilizaban el fuego como herramienta para conseguir la piedra filosofal y destilaban sus mezclas en el alambique. También debían transmutar su alma antes de hacer lo propio con los metales. Para ello se purificaban mediante la oración y el ayuno.
La alquimia fue precursora de las ciencias modernas y muchas de las sustancias, herramientas y procesos que utilizaban, han sido la base para las actuales industrias química y metalurgia.
Siempre ha resultado muy atractivo el tema de la búsqueda de la eterna juventud y de la piedra filosofal, y ha sido inspiración para muchos autores de novelas, películas, cuentos e historias...
En la cultura popular, la alquimia se identifica con el proceso usado para transformar plomo u otros elementos en oro.
Otra forma que adopta la alquimia es la búsqueda de la "piedra filosofal" , que sería la que posibilitaría la eterna juventud o la que transmutaría oro.
Para los alquimistas toda sustancia se componía de tres partes: mercurio, azufre y sal, que se corresponden con espíritu, alma y cuerpo.
Los alquimistas utilizaban el fuego como herramienta para conseguir la piedra filosofal y destilaban sus mezclas en el alambique. También debían transmutar su alma antes de hacer lo propio con los metales. Para ello se purificaban mediante la oración y el ayuno.
La alquimia fue precursora de las ciencias modernas y muchas de las sustancias, herramientas y procesos que utilizaban, han sido la base para las actuales industrias química y metalurgia.
Siempre ha resultado muy atractivo el tema de la búsqueda de la eterna juventud y de la piedra filosofal, y ha sido inspiración para muchos autores de novelas, películas, cuentos e historias...
Que conste que, científicamente, es posible convertir el plomo en oro... No es rentable y es extremadamente complicado, pero es posible... los alquimistas no soñaban con algo imposible.
ResponderEliminarMuchas gracias, Rafa por tus aportaciones :)
ResponderEliminarClaro que es posible hoy en día obtener, no sólo oro, sino casi todo lo que nos propongamos.
Los límites de la Ciencia, actualmente y desgraciadamente, no están en la técnica sino en la financiación...
Creo que a casi todos nos resulta simpática la figura del alquimista (todos hemos leído o nos han contado historias como la del mago Merlín, que era, al fin y al cabo un alquimista) que se encierra en su "laboratorio cueva" y persigue su sueño en forma de oro o inmortalidad.